La Fiesta de la Vendimia Gay es un evento que cada año convoca a más turistas de todo el mundo. Está celebración se realizaba tradicionalmente en el Centro de Congresos y exposiciones de la Ciudad de Mendoza, Auditorio Ángel Bustelo, aunque su edición 2014 se realizó en el Stadium del Arena Maipú.
Como ya dijimos Mendoza es el segundo destino turístico gay en Argentina, pero en época de Vendimia es el primero.
La noche de la fiesta también se corona a la Reina y al Rey de la Vendimia Gay. Casi un centenar de artistas suben a escena, con bailarines consagrados, músicos, actores, cantantes y celebrities de moda.
Una vez concluidos los tradicionales festejos de la Vendimia en el Teatro Griego Frank Romero Day, el público mendocino y los turistas empiezan lentamente a retirarse de este meravilloso anfiteatro natural y vuelven a sus casas u hoteles a comentando las sensaciones vividas en la gran fiesta de los mendocinos.
Sin embargo, cada año la tendencia a continuar con los festejos durante el mes de la Vendimia ha ganado más seguidores. Distintas fueron las ideas para que la fiesta no terminara nunca.
Así surgió uno de los espectáculos más vanguardistas y glamorosos que en los últimos años viene haciendo mérito propio para ser incluido dentro de la agenda de los festejos: la Vendimia Gay.
Sin discriminar a nadie por su condición sexual y, por el contrario, tratando de que todos los presentes se sientan a gusto y cómodos, hombres y mujeres actúan, bailan, cantan y despliegan en escena un espectáculo realmente extraordinario.
Con la conducción de los más prestigiosos referentes de la comunidad gay y con excelentes números de transformistas, vanguardistas, actrices y actores en escena, los festejos incluyen la elección de su propia reina de la Vendimia.
El público que asiste a la fiesta se podría decir que en un 70 por ciento es heterosexual porque la juventud adoptó la fiesta como una de las más divertidas. Todos conviven y disfrutan el show y el baile. La única prohibición es el ingreso de los menores de 18 años.
Respetada por la mayoría de la comunidad mendocina, esta verdadera fiesta es, por decirlo de algún modo, el cierre oficial de toda una semana que muestra el esfuerzo del hombre, las inclemencias naturales y todo lo que concierne a la realización de un buen vino.
Fiesta en la que cada mendocino, a su manera, quiere participar.
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