Microcentro

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Caminar por la ciudad de Mendoza es un placer que se disfruta paso a paso, por la comodidad de sus anchas veredas, por la plácida sombra que genera la interminable arboleda y por el particular paisaje urbano, mucho más cerca de la tranquilidad y la calma que de la sofocación y los tumultos.

 

ACEQUIAS Y ARBOLEDAS

Los orígenes del sistema hídrico de la zona metropolitana de Mendoza, remonta a la época prehispánica. Su surgimiento y desarrollo permitió la formación de una cultura de oasis que se fue organizando sobre la base del primigenio sistema de canales y acequias heredado de los aborígenes, los huarpes.

También otras ciudades latinoamericanas poseyeron acequias urbanas y rurales pero en estos otros casos han sido reemplazadas progresivamente. Por necesidad Mendoza desarrolló inteligentemente un sistema de asentamientos humanos y productivos adoptando un criterio de riguroso respeto de la topografía local. Mendoza es considerada un claro ejemplo de la eficacia de la cultura de oasis y su incidencia en la conformación del paisaje ambiental, urbano y rural de la provincia.

Las tribus indígenas, los huarpes, para proveerse de agua potable y de riego aprovechaban una antigua rama del actual Río Mendoza a través de un sistema de canales denominados acequias (palabra de origen árabe).

Posteriormente, cuando los Incas llegaron al territorio mendocino, aproximadamente 80 años antes de la llegada de los españoles, introdujeron mejoras a este sistema hídrico. Es fácil suponer que los Incas, con una cultura en materia hídrica superior a la cultura huarpe, ayudaron a los habitantes autóctonos a sacar el mejor provecho de los recursos acuíferos disponible en Mendoza. Esto sin embargo, no les quita mérito a los huarpes que desarrollaron su estrategia adaptativa y respetuosa del entorno geográfico, ya fuera solos o ayudados por aquellos “ingenieros incaicos”.

Los huarpes regaban las tierras con el agua que circulaba por las acequias con un sistema denominado “por mantos”, o sea inundando un predio.

Después de la llegada de los españoles, el sistema hídrico mendocino, de acequias y canales, permitió además la aparición de una importante industria molinera basada también en el aprovechamiento de la fuerza hidráulica disponible.

Mendoza, es una de las fundaciones españolas en Sudamérica que contiene probablemente una de las tramas urbanas más complejas.

La estructura urbana de Mendoza entremezcla tres tipos de tramas que se superponen en el espacio: una red hídrica-creada por los huarpes, perfeccionada por los incas y adoptada por los fundadores españoles; el damero característico de las ciudades fundacionales españolas y, por último, una trama vegetal.

Sea la red de acequias como el entramado vegetal fueron elementos característicos de la ciudad desde sus inicios.

Pocas ciudades en el mundo han desarrollado un sistema de riego que se despliega a lo largo de toda la ciudad con la tupida forestación de su arbolado urbano.

A principios del siglo XVIII, debido al crecimiento de la ciudad, las acequias fueron trasladadas hacia el exterior de las cuadras; este elemento colector cambiaría su disposición en reiteradas oportunidades desde el centro de las calles hasta sus márgenes. Quedó así definido uno de los espacios identificatorio de Mendoza: su perfil urbano. Estos cursos de agua tuvieron un papel preponderante a fines del siglo XVIII, ya que fueron los propulsores del desarrollo de la vegetación al interior de la ciudad; el verde hasta ese entonces existente al interior de las cuadras, empezó a volcarse hacia el espacio público.

El traslado de la vegetación intra-muros hacia el exterior de las viviendas modificó la vida social de la incipiente urbe, la generación de estos espacios verde contribuyó a la apropiación del espacio público, hasta entonces desprovisto de todo uso social.

El uso de estos espacios empezó a tener un significado simbólico que contribuyó a conformar la identidad de los diferentes sectores barriales, convirtiéndose hacia 1850 en espacios de gran significado social en la ciudad.

No obstante, recién con lo sucedido en el terremoto de 1861 aparece en los trazados de la nueva ciudad la incorporación del verde urbano de manera planificada.

La incorporación del elemento vegetal produjo una nueva transformación en la incipiente trama urbana. Un conjunto de espacios verdes, conformados por una plaza central enmarcada por cuatro plazas menores en sus vértices, aumentó el número de áreas forestadas y espacios verdes. (El verde en la estructura urbana de Mendoza: Fabián Bochaca)

 

LAS PLAZAS

La base de la ciudad actual surgió de un nuevo ordenamiento realizado en 1863 luego del terremoto de 1861, por el agrimensor francés Julio Balloffet y que incluye la disposición estratégica de cuatro plazas menores circundando a una plaza mayor.

Pero en Mendoza hay setenta y cuatro plazas que muestran la importancia que, para los mendocinos, tienen la comunicación interpersonal, el saludable aire puro y la estética propia de una concepción paisajística tendiente al cuidado de la flora y a la exaltación de la obra escultórica.

 

PLAZA INDEPENDENCIA. La Plaza Independencia es la más extensa y concurrida, abarca cuatro manzanas y alberga miles de historias entre bronces y juegos de agua. Es sin lugar a dudas uno de los sitios más transitados del microcentro y excusa perfecta para reuniones planificadas o encuentros improvisados.

En sus primeros años, la Plaza que llamaban Parque, estaba demarcada por una balaustrada y tenía en el centro un lago artificial, que era su mayor atracción. Para los chicos funcionaba una calesita tirada por un caballo.

En 1941 se inician los trabajos de remodelación en base al proyecto del Director de Parques, Calles y Paseos, EL arquitecto Daniel Ramos Correas. En 1945 es llevado al corazón de la Plaza el Museo de Ciencias Naturales, que actualmente se ubica en el Parque San Martín (Playa Serrana). Luego, en 1968 es inaugurado el Miniteatro Municipal en el sector norte del subsuelo de la Plaza. La terraza del teatro fue varias veces escenario del espectáculo vendimial de la ciudad de Mendoza. El 5 de mayo de 1995, luego de nuevas obras de remodelación, la Plaza es reinaugurada. Su único monumento artístico lo constituye la fuente con el friso alusivo a la Independencia. El escudo provincial fue un obsequio que hizo la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires en 1937.

Actualmente alberga también el Museo Municipal de Arte Moderno, el Teatro «Julio Quintanilla» y la llamada Plaza de las Artes, evento que se instaura los fines de semana.

A su alrededor se ubican algunas tradicionales construcciones de gran importancia pública como la Legislatura Provincial, el Colegio Nacional y el Teatro Independencia.

 

PLAZA ESPAÑA. Es una de las cuatro plazas equidistantes a la Plaza Independencia que forma parte del diseño de la Ciudad Nueva de 1863.

Su diseño está conformado por un espacio central con una fuente típica de los patios españoles y como fondo, un monumento representativo de la fraternidad argentino española con frisos conmemorativos(mural de cerámica pintada), donde se entrecruzan el fundador Pedro del Castillo, escenas del Quijote y el Martín Fierro, en una declaración orgullosa del mestizaje. Este monumento, obra del escultor Luis Bartolomé Somoza, se emplaza en la remodelación del año 1946 y fue donado a la provincia por la colectividad española. En el año 1993 la plaza se renueva íntegramente, respetando los diseños originales.

Las mayólicas y pisos relucientes, la fuente central, el monumento, los faroles de forja y la arboleda son dignos de apreciar.

 

PLAZA ITALIA. Es otra de las cuatro plazas equidistantes a la Plaza Independencia. Está rodeada por las calles Perú, Montevideo, 25 de Mayo y San Lorenzo.

Posee distintas obras de arte entre las que se puede destacar La Loba Romana, escultura etrusca adoptada por los romanos en Italia como símbolo de la fundación de Roma, cuyo autor fue Luis Perlotti y que acompaña al monumento principal. Alrededor de la explanada central se ubican monumentos menores, estatuas y frisos con motivos italianos.

La fuente central que adorna la plaza está recubierta por aproximadamente mil cuatrocientas piezas de mayólica reproducidas por la ceramista mendocina Marta Moyano Graffigna, inspiradas en el piso de la Catedral de San Petronio de Bologna en Italia.

Su denominación es en honor a la comunidad italiana que tanto se relacionó con la actividad social y económica de la provincia y de todo el país. Es así como en esta plaza se lleva a cabo la denominada «Festa in Piazza», unos días previos a la Fiesta de la Vendimia, organizada por la Federación Italiana, donde se pueden saborear platos típicos y apreciar interesantes espectáculos.

 

PLAZA SAN MARTÍN. La Plaza San Martín se puede definir como un tablero de la actividad financiera, en torno a la que gravitan las más importantes firmas bancarias. Frente a ella se encuentra la Basílica de San Francisco, de un elevado valor religioso y arquitectónico. La estatua ecuestre del General San Martín, aquí emplazada, es una réplica de la obra de José Daumas que se encuentra en la plaza homónima de Capital Federal. También existe una placa que indica la altura sobre el nivel del mar a la que se encuentra la ciudad de Mendoza: 747 m.

Es otra de las cuatro plazas equidistantes a la Plaza Independencia.

 

PLAZA CHILE. Este espacio verde alberga un imponente macizo escultórico que eterniza el encuentro de los generales San Martín y O’Higgins. Se trata de un grupo escultórico labrado en un solo bloque de 22 toneladas que simboliza los profundos vínculos históricos entre los pueblos argentino y chileno.

La hermandad entre mendocinos y chilenos también se celebra cada año durante el fin de semana coincidente con las fechas patrias del país trasandino. Siguiendo esta tradición, históricamente los festejos en tierras mendocinas tienen su escenario en esta plaza y ofrecen todo tipo de actividades, desde feria de platos tradicionales hasta juegos recreativos.

 

PLAZOLETA «CARLOS PELLEGRINI». Situada en el cruce de las calles Alem y Primitivo de la Reta. Remodelada en 1991, es una gema de la estética urbana mendocina: desde la fuente central, revestida en mármol blanco de Carrara, hasta la pérgola y los faroles, realizados en hierro forjado y según la usanza de principios de siglo. Todos los sábados desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde se realiza aquí la Feria de Antigüedades.

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PASEOS, EDIFICIOS Y MONUMENTOS

Nuestra ciudad demuestra que es posible combinar la modernidad de los grandes centros urbanos y la serenidad necesaria para disfrutarla plenamente. Esta distensión se refleja en el horario discontinuo de gran parte del comercio, que abre sus puertas en la mañana y en la tarde, gracias al tradicional intervalo de la siesta, horario ideal para la contemplación y el descanso.

Compruébelo transitando algunas cuadras por Avenida San Martín -columna vertebral de la ciudad o por la Peatonal Sarmiento.

LA PEATONAL SARMIENTO. Es una calle de 4 cuadras, las cuales están rodeadas de árboles y pérgolas convirtiéndola en un lugar muy confortable en verano por la sombra que entrega. Existen numerosos locales comerciales y confiterías. Los sábado a la mañana es un importante punto de reunión para los mendocinos y turistas.

Otra invitación abierta es la de AVENIDA LAS HERAS, con su aire novecentista y popular, acentuado por el diseño de los tradicionales kioscos, el tinte melancólico de las farolas y la vigencia permanente del viejo Mercado Central, con sus tradicionales puestos de frutas, carnes, etc. Es la calle de los turista por antonomasia, desde los tiempos del ferrocarril, donde se exhiben principalmente artesanías y productos regionales.

Otra arteria de particular relevancia es la AVENIDA ARÍSTIDES VILLANUEVA, eje de la «movida nocturna” con pubs, confiterías y restobares. Antigua calle residencial que, desde hace algunos años, se recicló como lugar de encuentro y esparcimiento y como importante polo gastronómico, sobretodo para los jóvenes.

Para salir de compras deben tenerse en cuenta, además, las tradicionales galerías céntricas, entre las que se destacan: Caracol, Florida, Kolton, Mendoza, Bamac, Tonsa, Piazza (todas sobre av. San Martín); Emperador (sobre calle Buenos Aires); Independencia (sobre calle Lavalle), entre muchas otras.

He aquí algunas otras claves para aprovechar mejor su recorrido por el microcentro:

EL PASAJE SAN MARTÍN. Tal vez la gema edilicia más singular que posee el cofre de la ciudad. Inaugurado en 1926, nació de la corajuda decisión del vitivinicultor español Miguel Escorihuela Gascón. Hoy, el Pasaje San Martín nos ofrece su espléndida concepción arquitectónica y sus asombrosos vitrales, piezas de incalculable valor por su factura en los hornos de carbón de un pequeño taller en Francia, antigua artesanía, hoy desaparecida. (Sarmiento y san martín, esq. noroeste)

EL EDIFICIO GÓMEZ. Data de 1954 y es una réplica en miniatura del Empire State Building que se ha convertido en el emblema del perfil urbano. (Garibaldi y San Martín, esquina sureste)

EL TEATRO INDEPENDENCIA. Desde su inauguración, en 1925, se convirtió en el teatro oficial por excelencia. Lo visitaron innumerables personalidades del mundo de la danza, la música, el teatro y fue testigo de importantes exhibiciones cinematográficas. A través de un amplio hall se accede a la sala. La misma se encuentra distribuida en cuatro niveles y cuenta con una capacidad de 780 localidades. Tanto el frente como el interior conservan los detalles lujosos y la majestuosidad edilicia de antaño.

EL EDIFICIO DEL EX BANCO HIPOTECARIO NACIONAL. (hoy sede del Ministerio de Cultura de la Provincia) con su hispánica y dadivosa fachada de corte neoplateresco que, como en otras tantas claves arquitectónicas de Mendoza, habla del ansia por consolidar la identidad cultural en esta orilla del mundo. Indispensable.

CALLE SARMIENTO Y EMILIO CIVIT. La calle Sarmiento es un importante eje gastronómico, principalmente parrilladas. Antes que la arteria cambie de nombre a Emilio Civit, nos encontramos con las vías del metrotranvía de Mendoza que circula por la traza del antiguo corredor ferroviario existente, correspondiente al Ferrocarril General San Martín. El recorrido está comprendido entre la estación Mendoza y la estación General Gutiérrez en Maipú. Luego nos encontramos con la calle Emilio Civit, que concentra la mayor cantidad de casas declaradas Patrimonio Cultural de la ciudad. Muchas de ellas datan de principios del siglo pasado. Además, desde su nacimiento en calle Belgrano, se pueden observar los Portones del Parque General San Martín.

 

A pocas cuadras del microcentro se emplaza el PARQUE CENTRAL, un magnífico pulmón vegetal de 16 hectáreas emplazado en antiguos terrenos pertenecientes al Ferrocarril Gral. San Martín. El predio constituye una gran reserva, libre de edificaciones enclavado en una zona urbanizada, rodeada por una importante área residencial de alta densidad habitacional y próxima al centro de la ciudad. En los últimos años, se ha constituido en uno de los espacios verdes más importantes y predilectos de los cultores de la vida al aire libre que diariamente lo disfrutan.

En el sector sudeste del Parque Central, se encuentran 4 galpones que fueron utilizados por la ex Estación de Cargas del Ferrocarril.

La NAVE CULTURAL, se inauguró como producto de la refuncionalización y puesta en valor del un ex galpón ferroviario ubicado en la intersección de las calles Av. España y Juan Agustín Maza.

Este galpón, fue identificado como espacio óptimo para albergar actividades culturales multidisciplinarias que nucleen diferentes propuestas, por sus generosas dimensiones, su privilegiada ubicación y su accesibilidad, además del valor histórico y arquitectónico del mismo.

Por otra parte, el galpón adyacente a este complejo recuperado, fue otorgado a la Universidad Nacional de Cuyo, ámbito donde emplazará el futuro Complejo Cultural Universitario hoy en etapa de desarrollo. Ambos edificios conjugan una propuesta cultural para la ciudad de enorme dinamismo y alcance.

 

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