El senderismo como actividad combina ejercicio físico sin fines competitivos, enmarcado por las magnas postales de montaña.

El recorrido empieza temprano. Es mejor escaparle al calor, sobre todo en verano cuando no se hace esperar. Por la ventanilla del auto la montaña se recorta perfecta. En el interior, la música de Lisandro Aristimuño acompaña el paisaje: «Me vi hundido en lo azul, de todo el cielo de Mendoza, seguí la ruta y caminé…» inmejorable introducción para iniciar el día de senderismo.

Haciendo camino al andar
Disfrutar de forma activa el entorno natural de la provincia es la forma ideal de conjugar esparcimiento y actividad física. Ya sea en grupos espontáneos de amigos u organizado por agencias de turismo, cada vez más gente se suma a la tendencia de comulgar con la montaña.

A medida que avanzamos, no tanto con la cabeza puesta en el destino, sino con los pies en el camino, nos damos cuenta de que el placer es justamente éste: multiplicar los pasos y complacerse con el marco natural.

En esto consiste el senderismo, actividad integrada al montañismo, donde se combina el deporte sin fines competitivos, conocer el medio ambiente caminando sendas y ponerse en contacto con la cultura a través del patrimonio natural de los lugares.

Es por esto que quienes realizan esta actividad poseen perfiles variados ,y como denominador común, las ganas de aprehender el paisaje.  Como no se persigue competir, personas de diferentes edades y estado físico se suman al senderismo sin mayores impedimentos.

Caminar Mendoza
Cuando de rutas a seguir se trata, los cerros mendocinos ofrecen opciones para todos los gustos y condiciones físicas. Proponemos algunos:

La Quebrada de los Berros, en Blanco Encalada, es una atractiva elección para quienes se inician con este tipo de actividad ya que no requiere de un gran estado físico ni preparación y es una salida de medio día. Se puede llegar al punto de partida, frente al ex camping de Álvarez Condarco, tanto en transporte público como en vehículo propio.
Ubicada en la pre cordillera mendocina, cercano al cerro Comisión, una caminata de una hora y media -aproximadamente- es lo que demora llegar a la vertiente que da lugar a la quebrada. A medida que avanzamos por el agreste paisaje, el sendero se angosta y la montaña se nos acerca. Al arribar nos encontramos con un pequeño prado ideal para sentarse a descansar.
Los más preparados pueden continuar con la caminata hacia la Cascada de los Berros, tramo que supone otra hora y media de caminata -sin contemplar el tiempo de regreso-. Quienes se encuentren cansados pueden volver por el mismo camino. Si bien el agua de la quebrada es apta para el consumo, no posee el mismo caudal todo el año por lo cual es recomendable hacer el recorrido con el agua para el transcurso entero.

La Cascada del Salto es una expedición de un día completo. Alrededor de cinco horas es lo que demora el tramo de ida y vuelta, a lo que hay que sumar el desplazamiento entre la ciudad y Potrerillos. La dificultad que ofrece es baja por lo cual es una excursión apta para todo público. Sin embargo, por momentos, la pendiente se hace notar.
A lo largo de la senda, la tranquilidad de la escena es propicia para detectar fauna autóctona como guanacos y cóndores. Interesados, estar atentos. Al llegar a la cascada, las vistas del Dique Potrerillos desde alguna de las cimas que encierra la vertiente son increíbles. Son el lugar perfecto para descansar y recuperar el aliento embelesados por el paisaje. Los más valientes pueden cargar con una carpa y pasar la noche allí. Cabe señalar que los terrenos de este paseo son privados, por lo tanto debe abonarse una entrada al iniciar la jornada -ronda los $ 20.

En la ruta que une Potrerillos y Uspallata proponemos un recorrido por las vías del ferrocarril, unido por dos puentes -los únicos que se encuentran en este trayecto-. Conviene cruzar por el segundo y realizar la caminata en bajada. La distancia a andar es de veinte kilómetros, aproximadamente, y lleva alrededor de seis horas. Las vías recorren la antigua estación de Guido y algunos túneles. Si bien el camino no es difícil, lo que se pone en juego es la resistencia. Merece la pena destacar que, durante este itinerario, no hay posibilidad de cruzar si no es por alguno de los dos puentes por lo cual es necesario estar seguro de poder realizarla completa.

Favorecido por la cercanía a la ciudad de Mendoza, el cerro Arco -en El Challao- es habitualmente visitado tanto por turistas como locales. Durante los fines de semana de luna llena es especialmente recomendable recurrir a su cumbre y deleitarse con un panorama distinto de la capital iluminada.
La altura del cerro asciende a 1.870 metros sobre el nivel del mar y en ella reside la dificultad de la caminata dado que la empinada subida quita el aliento a los más preparados ¿La clave? Respetar el tiempo de cada uno. Los fines de semana el puesto a orilla del cerro ofrece comidas y bebidas, ideal para recobrar fuerzas.

Fuente: Los Andes, Josefina Cornejo Steward – Especial para Turismo

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