El agua más fértil - Valle de Uco

El agua más fértil – Valle de Uco

Entre la capital mendocina y San Rafael, se encuentran Tupungato, Tunuyán y San Carlos, tres departamentos que dan forma a este valle y que se caracteriza por ser gran concentrador de numerosas fincas y bodegas.

Cabe aclarar que el nombre del Valle de Uco se debe a un cacique huarpe que vivió en esas zonas hace casi 500 años. Nosotros tuvimos la oportunidad de recorrer distintos pueblos y ciudades de los alrededores, como Villa San Carlos, Eugenio Bustos, Manzano Histórico, Tupungato y Tunuyán, descubriendo así cómo la fertilidad de la viña y el estilo de vida precordillerano caracterizan a sus pobladores.

Era inevitable escabullirse entre los alambrados para saborear las uvas que estaban a punto, esperando a convertirse en vino mendocino. Aprendimos también que las parras están recubiertas con mediasombras para proteger a la planta del granizo.

En las fincas como en las calles asfaltadas, algo se repetía y obviamente nos llamó la atención. Las acequias son una herencia que combina rasgos incas y huarpes, y que hoy permite a provincias como Mendoza y San Juan hacer el mejor uso posible del agua escasa que fluye por esas zonas. Nos explicaban que existen horarios de riego, especialmente para aquellos grandes consumidores, como es la industria del vino, y así pueden garantizar el verde de los alrededores, algo poco frecuente en regiones áridas como ésta.

La pregunta es de dónde proviene el agua. Los mendocinos cuentan con una limitada pero importante afluencia a través de sus principales ríos. Entre ellos, se destaca el Tunuyán, que baña el Valle de Uco, y es desde un puente o desde el dique Viluco que se puede apreciar la imponencia de este río.

El agua también ha dejado su marca en otras latitudes. Hace falta recorrer tan sólo algunos kilómetros para llegar hasta un pequeño cañadón, más conocido como las Huayquerías o la Salada. No está fácil el camino, pero son muchos los valientes que se acercan para pasar una tarde y disfrutar de uno de los atractivos naturales del lugar. En nuestro caso, después de deleitarnos con un asado, nos hicimos una escapada entre los murallones hasta el final del camino.

Llaman la atención las curiosas y caprichosas formas de Las Huayquerías que ha dejado tras su paso la erosión del viento y el agua. Paredes surcadas por llamativas líneas que se hacen paso entre la arcilla, como si amenazaran su inevitable caída e invitaran a acercarnos hasta mimetizarnos con su color ocre.

Volvimos a la ruta y salimos a un camino menos transitado que la mítica ruta 40, aquel que nos lleva hasta un pequeño paraje conocido como Manzano Histórico. Su particularidad radica en que ese punto fue el inicio de una de las rutas sanmartinianas para cruzar y liberar al vecino Chile hace 100 años. Además, cuentan que el General San Martín fue debajo de un manzano que se recostó a pensar la estrategia. Fantasía o realidad, no importa (aunque hoy siga en pie la cuarta generación de ese árbol), pero sí queríamos conocer un poco más sobre la importancia de San Martín para los mendocinos y cómo fue que se encomendó en aquella loca aventura.

Hay dos etapas en este camino que encaró San Martín, ya que comenzó bastante antes de aquel paraje. En los alrededores de San Carlos, el general llevó adelante un parlamento con distintos caciques pehuenches. Este tipo de reunión era característico de los pueblos originarios y la puesta en igualdad de posiciones le permitió al ejército argentino llegar a un acuerdo: el pueblo pehuenche sería el puente con los mapuches, en pos de que ese pueblo también apoye el proceso libertador que se daría de aquel lado de la cordillera. Y si ésta fue la etapa previa, la vuelta tras el éxito fue coronada con el monumento del Retorno a la patria, ubicado también en Manzano Histórico. San Martín salió con un traje militar y volvió victorioso con un poncho, como uno más de la expedición.

Saliendo de este paraje, rumbo al norte, la cordillera se acerca y entre sus paredes emerge adelante el imponente volcán Tupungato, antesala del departamento homónimo, capital del vino y la nuez.

 

Enoturismo en el Valle de Uco

Este valle es también visita obligada para amantes del vino. Bodegas de diseño, restaurantes de campo, lujosos hoteles y un paisaje increíble son las marcas de identidad de la zona vitivinícola más sofisticada de la provincia argentina.

 

Viñedos de altitud en el Valle de Uco

Famoso por sus viñedos de gran altitud y clima frío, el Valle de Uco se encuentra a los pies de la Cordillera de los Andes, al sur de la ciudad de Mendoza. Numerosos arroyos de deshielo fresco riegan la tierra fértil, hasta unirse al río Tunuyán. Aquí se cultivan algunos de los viñedos más altos del mundo: el clima frío y las diferencias extremas de temperatura entre el día y la noche hace que se expresen cepas como Chardonnay y Cabernet Sauvignon. Pero también vinos Malbec de notas muy florales, frescos y taninos firmes. En esta región se obtienen vinos de gran acidez natural y muy buen potencial de añejamiento.

Los vinos del Valle de Uco se convirtieron en poderosos atractivos para fanáticos del vino, pero las distancias son largas, mejor alquilar un auto o contratar alguna excursión. Una alternativa es el bus del vino, que con distintas propuestas modalidad de Hop On & Hop Off = Bodegueando = Subí y Baja, permite opciones diversas. Como sea, mejor tener un panorama antes de recorrer los departamentos que componen esta región. Son Tunuyán, Tupungato y San Carlos, en el Centro-Oeste de Mendoza.

 

El camino del vino

De norte a sur conviene comenzar por Tupungato, bajando de Mendoza capital por la famosa ruta 40 y luego tomando la ruta 86, hasta llegar a Bodega Atamisque. Luego, continuar visitando Passionate Wines, el proyecto creativo del enólogo Matías Michelini, uno de los más prestigiosos de la Argentina. Más adelante, hay que tomar la ruta 89, que prácticamente atraviesa el Valle de Uco de norte a sur y es conocida como “El camino del vino”.

El camino lentamente deja la planicie y se adentra en la cordillera frontal, en una subida constante que ofrece vistas increíbles. Por aquí se puede armar otro recorrido de casas del vino, como Domaine Bousquet, Andeluna, Finca Sophenia y La Azul. O también Piedra Infinita, SuperUco, Clos de los 7, entre otras importantes. Algunas poseen restaurantes interesantes donde se pueden hacer paradas técnicas y sabrosas. Más allá está Casa Petrini y Salentein, dos bodegas que además ofrecen servicios de hostelería, con distintas posibilidades de precios y actividades en los viñedos. Por supuesto, cada una ofrece sus etiquetas y sus vinos muy logrados.

 

Mendoza más que enoturismo

En la visita a Mendoza se sugiere dormir una noche en Valle de Uco, hay hoteles preciosos como The Vines Resort & Spa, entre otros. Por supuesto, es conveniente reservar con anticipación. Mendoza es un destino para todo el año, pero sin dudas, a final del verano y comienzos del otoño, en época de vendimia, es cuando la provincia está en ebullición. Además, el tiempo es agradable y las montañas también ofrecen actividades para todos los gustos. Por ejemplo, escaladas, trecking, paseos por rutas panorámicas, rafting y actividades en el agua.

 

Fuente: Destino Nomade e informaciongastronomica.com, por Laura Litvin

 

 

 

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