Si es tu primera vez en bodegas va una guía para vivirlo a pleno. Hacer un día de bodegas es una de las excursiones que los turistas nacionales y extranjeros no se pierden en Mendoza.

La excursión «Caminos del Vino» consiste en visitar 3 o 4 bodegas en un día. La visita siempre incluye degustación y si el itinerario es de un día completo también incluye almuerzo. Hay también excursiones de medio día en las cuales se visitan sólo 2 bodegas. Se pueden visitar las distintas regiones como Luján de Cuyo, Maipú o Valle de Uco. Esta excursión se puede hacer en regular, es decir, en grupo con otras personas, o en privado. Se puede contratar a una empresa u organizarlo uno mismo.

Si queres disfrutarlo a pleno, van algunos consejos.

1. No hacerse el que todo lo sabe

No hay nada más molesto que estar en un grupo dónde hay una persona que interrumpe a cada rato a la persona que está guiando. Si la persona encargada de recibirnos ama lo que hace lo vas a disfrutar así conozcas el proceso de elaboración de memoria. Las preguntas nunca molestan.

Tip: sentirse un turista, abstraerse y disfrutar como si nunca hubieran estado en una bodega.

2. El guía en bodega

Como pasa con todas las excursiones el guía hace que una bodega te parezca única o una más del montón. El mejor guía será aquel que conjugue: conocimiento, adaptación al grupo, capacidad de síntesis, simpatía e interacción. El guía enoturístico ideal es el que sabe pero no lo ostenta, siempre con una sonrisa, claro en su discurso y haciendo al visitante partícipe de la visita. Por suerte en Mendoza tenemos muchos.

Tip: “exprimir”, en el buen sentido, al guía. Son personas generosas en sus conocimientos no lo desaprovechen hablando entre ustedes.

3. Pasear entre viñas

Una buena visita a una bodega siempre comienza por afuera de la misma, en las viñas. Caminar entre los espalderos, llenarse de tierra tratando de entender lo que está pasando dentro de la uva. Sentir el calor, el frío, mirar las hojas, las pepitas, los métodos de conducción. No todas las bodegas comienzan en el viñedo todo depende de cada visita pero muchas destacan este paseo.

Tip: siempre es mejor ir con ropa cómoda y zapatos cerrados o zapatillas. Sombrero, protector solar. En invierno un buen abrigo.

4. Participar de la cosecha

Si decidís visitar bodegas entre febrero y abril, es muy probable que en muchas te ofrezcan el programa de cosecha. Actividad que sin dudas vas a disfrutar. La visita incluye aprender a recolectar la uva. Tendrás una pequeña explicación sobre cómo medir a ojo la acidez de la uva o cómo saber cuál es el momento perfecto para comenzar a cosechar.

Tip: muchas bodegas ofrecen programa de cosecha algunos incluyen desayuno y almuerzo.

5. Mejor época: otoño

Cuando acaba la vendimia es cuando la vid se pone más hermosa. Las vides se tornan en grandes hileras de líneas rojas, la bodega está en pleno trabajo, las visitas suelen ser muy interesantes en esta época.

Tip: empieza el frío, siempre es bueno llevar algo de abrigo. Es una época dónde hay muchos eventos por ejemplo, Música Clásica por los caminos del vino y feriados como Semana Santa. Reservar con tiempo.

6. La mejor foto: sala de barricas

La sala de barricas suele ser el momento especial de cualquier visita. Tiene su parte técnica cuando se habla del roble francés o americano, el tiempo que pasa cada vino, pero es un momento para disfrutar del silencio del vino. En algunas bodegas pueden catar con la pipeta desde la barrica.

Tip: ojo con las fotos, necesitan flash potente ya que las salas de barricas son oscuras.

7. La degustación

Las salas de degustación, pese a su sofisticación, son el refugio perfecto para dejar atrás la liturgia snob de los restaurantes y aprender un poco. Es decir, entender el porqué de cada gesto y de cada expresión. Al final sabrás (o habrás intentado saber) qué son los taninos, de qué hablamos cuando hablamos de untuosidad o cómo se nota la madera en los vinos.

Tip: no es necesario que tomes todos los vinos. Si el día incluye varias bodegas es mejor medir.

8. Disfrutar de otras actividades

Las bodegas se han establecido como un espacio sofisticado en pleno campo y, por ello, un imán para otro tipo de actividades, tangenciales o no al vino. Hay auténticas maravillas como los ciclos de conciertos de música clásica. Otras poseen museos de arte, otras forman parte del rally de autos antiguos. En fin, cualquier excusa es buena para visitar bodegas.

Tip: hay muchas actividades gratuitas estén atentos.

Fuente: MDZonline

 

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