En el camino que se abre paso entre las montañas, bordeado por el cauce del Río Mendoza que recorre las piedras en un torrente tumultuoso, voy camino a las Termas Cacheuta, ubicada a tan sólo 38 kilómetros de la Ciudad de Mendoza es una villa de singular y típica belleza del paisaje mendocino.

La localidad llamada Cacheuta, en honor a un heroico cacique huarpe que fuera protagonista y defendiera sus tierras en otros tiempos, comienza a aparecer frente a mí. Se puede ya divisar el puente, que divide el pueblo en dos mitades y se ven las casas que surgen y recorren la ladera del monte.

Su historia vinculada desde su nacimiento al petróleo, también, estuvo vinculada al ferrocarril que, con su llegada en 1880, le permitió crecer en afluencia de viajeros debido a su importante estación de transporte de pasajeros y cargas, que se constituyó en el nexo entre Argentina y Chile. Gran parte de esta historia se conserva en el Museo Ferroviario “Alejandrino Alfonso”, un espacio para conocer la tradición ferroviaria del pueblo, que se encuentra sobre la antigua estación de trenes de Blanco Encalada, ubicada a 23 kilómetros de la ciudad sobre la Ruta Panamericana.

La construcción de su primer Hotel Balneario a principios del siglo XX, lo convirtió en un importante centro turístico. De esa antigua edificación, todavía, se conserva una torre ascensor que, actualmente, integra el Hotel & Resort Termas Cacheuta. Allí, me alojé y comencé mi estadía, donde pude disfrutar de su centro termal deleitándome con su servicio de fango e hidromasajes, de sus excelentes masajes y de sus actividades de aventura. También, recorrí la antigua Capilla rústica de comienzos de siglo y una gruta termal, que se encuentran en un entorno natural magnífico que forma parte del hotel.

Una parada que me parece infaltable en el recorrido de cualquier viajero que visita la localidad, es su Parque de Agua Termal Termas Cacheuta, con el que quedé cautivada desde la primera impresión, un oasis de aguas termales que brinda una vivencia de plena relajación.

Compuesto por cómodas piscina semicubiertas, otras acondicionadas con agradables burbujas y una adaptada para los más pequeños, todas a una temperatura promedio de 30º, además, de las camas de burbujas masajeadoras que en un cálido baño masajean el cuerpo para producir un suave efecto relajante, sumados a la calma y serenidad que emana el entorno, logran una sensación de paz interior incomparable.

Mientras, que al aire libre, otras piscinas, un tobogán acuático, una profunda pileta estilizada con olas y un chorro a presión de 10 metros de altura, prolongan el deleite en un escenario natural donde el río desciende en una cascada.

Otra parada de relax, en el parque son los dos vaporariums, que emanan vapores termales que desintoxican la piel, ayudan al sistema respiratorio y producen efectos relajantes en el cuerpo.

Pude disfrutar de una experiencia maravillosa y placentera, que culminó con un asado con amigos en las churrasqueras y quinchos, dispuestos y pensados para la comodidad de los visitantes, que invitan a pasar todo el día en el predio.

Aunque, también, Cacheuta brinda actividades alternativas para los viajeros más audaces, que pueden entretenerse con aventuras más extremas, practicando: Trekking, Rappel, Tirolesa, Palestra y Rafting.

Las Termas de Cacheuta constituyen una propuesta de turismo recreativo y son una parada obligada para cualquier viajero que recorre Mendoza. Su paisaje de montañas, su pueblo de casas rústicas, sus termas que brindan un exquisito deleite, invitan a quedarse y disfrutar de una estadía que se refleja en una experiencia única e inolvidable.

 

Para El Portal de Mendoza: Gabriela Marcucci

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