Valle del Limarí

El Valle del Limarí, al sureste de La Serena, es mundialmente reconocido por su producción de vinos, especialmente a los blancos, que recuerdan frutas tropicales.

A lo largo del río Limarí se suceden valles fértiles, donde predominan laderas de cerros plantadas con viñedos o árboles frutales como las papayas, que hacen famosa a toda la región.

Principales atractivos del Valle del Limarí

Para los amantes de la arqueología nada major que una visita al Museo del Limarí que ofrece una colección de más de 700 piezas de alfarería de las culturas diaguita, molle y ánimas, cuya huella más característica quedó en las formas y decorados de sus utensilios.

Si bien la Ruta del Vino del Limarí es incipiente en cuanto a organización turística, lo cierto es que ofrece la gran recompensa de descubrir una cultura del vino que es a la vez “antigua y novedosa” y que combina visitas a importantes bodegas de vinos de exportación, famosas por sus Chardonnay, Sauvignon Blanc y varietales del Cabernet.

Complementan las atracciones del Valle del Limarí el pintoresco cementerio rural de Cerrillos de Tamaya en Ovalle, cuya características principal es la presencia de reproducciones en miniatura de las iglesias de La Serena talladas en las tumbas. También merecen una visita la antigua hacienda decorada con muebles de época o el criadero de avestruces. En la zona se venden deliciosos productos, como empanadas y queso de cabra con merkén.

Transitando hacia el oeste encontramos las Termas de Socos y el Monumento Nacional Valle del Encanto, una zonas de petroglifos y pictografías de los pueblos originarios Molle y Diaguita, el Parque Nacional Talinay y el Embalse La Paloma, donde los fuertes vientos proveen el escenario ideal para practicar windsurf. En las excavaciones arqueológicas cerca de Piscacha, podrás observar huesos de dinosaurio desenterrados

Un capítulo a parte merece el Parque Nacional Fray Jorge, un milagro en el desierto. Se trata de una extensión de casi 10 mil hectáreas donde viven árboles y plantas que, salvo aquí, sólo podemos encontrarlas en la zona sur de Chile, en Temuco o Valdivia.

El lugar es realmente muy especial por lo raro que parece encontrarse con un bosque de estas características en una zona absolutamente desértica.

Esto es posible gracias a la camanchaca, una niebla densa que sube desde el mar y queda atrapada en este sector de cerros altos. Su acumulación permitió que sobreviviera lo último que quedó del bosque que hace miles de años dominó la zona.

Por su peculiaridad ha sido declarado Reserva de la Biósfera por la Unesco, y alberga una variada fauna como zorros, perdices y halcones. Más cerca del mar, se pueden ver pingüinos y chungungos (una nutria de mar).

 

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