En 2015, año de la luz, inspeccionar nuestro sistema solar, tratar de vislumbrar las imágenes que guiaron a los antiguos, meter las narices en la galaxia es posible. El turismo astronómico gana adeptos en los firmamentos más limpios del mundo donde observatorios científicos y turísticos se diseminan. Malargüe, San Juan, el Valle de Elqui, destinos cercanos para hurgar el universo.

Los ojos puestos en la inmensidad del cielo; las infinitas estrellas generan una extraña sensación de vértigo y el tiempo parece detenerse cuando la mirada apunta hacia el oscuro firmamento. Nada como observar el cielo nocturno en una noche despejada lejos de las luces de la ciudad que ocultan ese envolvente y misterioso lienzo. Arriba el infinito, lo desconocido, el universo vasto y silencioso.

Cada vez son más las ofertas de turismo astronómico que acercan esta compleja disciplina a los más dispares y curiosos observadores estelares. A continuación tres cercanas propuestas para iniciarse que, sin embargo, lo trasladarán años luz de donde está. El recorrido por la galaxia está mucho más cerca de lo que cree. Pase y lea.

Malargüe, Mendoza 
Una atmósfera pura, poca contaminación lumínica, la altitud, la latitud, además de las características del terreno, fueron algunas de las óptimas condiciones que la Pampa Amarilla, al sur de la provincial de Mendoza, ofrecía para la detección de rayos cósmicos, compuestos por pequeñísimas partículas invisibles que llegan desde el espacio y bombardean nuestro planeta, algunas de ellas mucho más poderosas y misteriosas que cualquier otra observada en la naturaleza.

Esto dio como resultado el Observatorio Pierre Auger Sur -nombrado en honor al físico francés pionero en el estudio de este tipo de rayos-, que tiene su centro de investigación en plena capital de Malargüe.

Con 1.600 detectores de superficie ubicados en 3.000 km2, 24 telescopios de fluorescencia de alta sensibilidad y aproximadamente 500 científicos de 18 países, este centro se presenta como único, no sólo en la provincia y el país, sino también en el mundo.

Este observatorio astrofísico ofrece visitas guiadas gratuitas todos los días; así permiten conocer más acerca del trabajo que desarrollan los científicos y sobre las maravillas que el universo sostiene bajo la manga.

Sin embargo, cuando se trata de turismo astronómico, las propuestas que ofrece Malargüe no terminan allí. El Planetario es otra excelente opción para quienes quieran conocer los misterios que encierra nuestra galaxia.

El lugar ofrece visitas guiadas, así como también shows temáticos diarios que incluyen tópicos como los agujeros negros, los rayos cósmicos o el sistema solar, entre otros. Si el tiempo acompaña, también se pueden realizar observaciones con telescopio. Un imperdible de la visita al sur.

Barreal, San Juan

A 238 kilómetros de la ciudad de Mendoza, el Parque Nacional El Leoncito alberga el complejo astronómico del mismo nombre, también conocido como CASLEO que, con más de 25 años de existencia, conforma uno de los más importantes centros de observación y estudio astronómico de nuestro país. Por una ley provincial, la calidad de su cielo está preservada de la contaminación que pueda ocasionar el hombre.

Es que con alrededor de 300 noches despejadas al año, su diáfano cielo, la prácticamente ausencia de viento y lluvia, sumada a la altura de los Andes, hacen que esta zona de San Juan ofrezca condiciones ideales para la observación de cuerpos celestes. El complejo ofrece visitas diurnas durante todo el año.

Así se pueden conocer las instalaciones y el telescopio reflector Jorge Sahade que, con un espejo primario de 215 cm, uno secundario de 65 cm y 40 toneladas de peso es el más importante del lugar. Las visitas nocturnas se llevan a cabo, siempre y cuando no interfieran con el trabajo de los científicos del lugar.

Por su parte, el Observatorio Astronómico Dr. Carlos Cesco situado en el mismo predio del Parque Nacional Pampa del Leoncito, brinda visitas nocturnas diarias, para las cuales es recomendable reservar lugar. Durante dos horas podrá apreciar, a través de telescopios, diferentes estrellas, planetas y galaxias, acompañado de las respectivas explicaciones de especialistas.

Ubicados aproximadamente a 2.500 metros sobre el nivel del mar, ambos lugares ofrecen vistas panorámicas del entorno único en el que están emplazados: la Pampa del Leoncito, el cerro Mercedario, la Cordillera de Ansilta y la sierra El Tontal, porque la belleza no sólo está en mirar las estrellas.

Valle de Elqui, Chile 
Cuando se trata de turismo astronómico, Chile se afianza cada vez más como un atractivo exponente de esta tendencia. A 80 kilómetros de La Serena, en el Valle de Elqui, el Observatorio Gémini Sur -observatorio cuya contrapartida en el hemisferio norte se ubica en Hawai- también se beneficia de un cielo diáfano pero en este caso del otro lado de la cordillera de los Andes.

Ubicado a 2.600 metros sobre el nivel del mar en el cerro Pachón, en este observatorio se realiza astronomía infrarroja, es decir, detección y estudio de los rayos infrarrojos que emanan de los objetos celestes, los cuales tienen una longitud de onda mayor que la luz visible pero menor que las ondas de radio.

Con un espejo de 8,1 metros de diámetro, el telescopio de Gémini Sur está preparado para realizar este tipo de astronomía y su lente ha llegado a viajar hasta 6 mil millones de años luz.

Grupos de investigación de 6 países diferentes  -Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá y Australia- son los que pueden utilizar este sofisticado aparato y la disponibilidad de tiempo está determinada por el presupuesto que cada país otorga al lugar. Una noche de observación significan 6 meses de trabajo procesando los datos que se recaban.

Al ser un observatorio científico, Gémini Sur sólo ofrece visitas diurnas –donde se explica cómo se realiza la Astronomía moderna- ya que durante la noche está destinado enteramente al trabajo de los investigadores.

A pocos metros, sobre el cerro Tololo, se ubica el observatorio homónimo inaugurado en 1967, que en la actualidad cuenta con 5 telescopios en funciones. También ofrece visitas guiadas diurnas los sábados, que deben pactarse con anterioridad.

Sin embargo, si lo que quiere hacer es avistaje de estrellas, este valle está más que preparado para ello. Orgullosos de tener uno de los cielos más limpios del mundo, los observatorios turísticos han proliferado rápidamente en esta región. Entre ellos se destaca el Planetario Natural Alfa Aldea donde la calidez de sus anfitriones es un ingrediente más para hacer de la noche una velada perfecta.

El recorrido termina y aunque con algunas respuestas, en el cielo nocturno abundan las preguntas. Una cosa es cierta como dijo Platón: “La astronomía incita al alma a mirar hacia las alturas y nos conduce desde este mundo a otro”. O como dice el lema de estudio grabado en el escudo de la Universidad Nacional de Tucumán: “Con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas”.

 

La experiencia 
A través de telescopios de diversos tamaños según el observatorio, binoculares astronómicos y punteros láser, estos últimos marcan las estrellas a simple vista, como para dar un panorama general. Las excursiones adentran al viajero curioso en la Vía Láctea, por ejemplo. Hacen agudizar el ojo para ver los colores de las estrellas y hasta es posible ver los anillos de Saturno con emoción y las caras de la Luna.

También se dibujan y se aprende a reconocer afamadas constelaciones como Orión o la Cruz del Sur y los planetas Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, correlativos a los días de la semana.

¿Sabías que?
Chile concentra actualmente cerca de 40% de la infraestructura para la observación astronómica del mundo. Dicen que en una década llegarán al 70%. Por ello, organizaciones a nivel nacional, tanto públicas como privadas y académicas, crearon el proyecto Astroturismo Chile, cuyo objetivo será transformar al vecino país en el destino de los objetos celestes.

Resulta que los cielos chilenos son ampliamente reconocidos en el mundo por su calidad, ya que ofrecen características únicas para la investigación astronómica desde Antofagasta hasta el Bio Bío. En el norte de Chile, por ejemplo, hay un promedio de doscientas noventa noches despejadas al año.

También hay otras regiones del mundo donde el turismo y la astronomía dan excelentes resultados: España, Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Namibia y Sudáfrica, entre ellos.

2015: Año internacional de la luz

La Conferencia General de las Naciones Unidas, en su 37ª reunión, declaró a 2015 como Año Internacional de la Luz. “Es esencial que cada uno aprecie plenamente la importancia del estudio científico de la física de la luz y la aplicación de las tecnologías basadas en la luz para el desarrollo sostenible mundial, al convertirse en una disciplina transversal clave de la ciencia y la ingeniería en el siglo XX”, es parte del fundamento.

En 2015 se conmemorará una notable serie de hitos en la historia de la ciencia de la luz que se remontan a 1.000, 200, 150, 100 y 50 años. En 1815, en Francia, Fresnel expuso la teoría del carácter ondulatorio de la luz; en 1865, en Inglaterra, Maxwell describió la teoría electromagnética de la luz; en 1915, en Alemania, Einstein desarrolló la Relatividad General que confirmó el papel central de la luz en el espacio y en el tiempo; y en 1965, en los Estados Unidos, Penzias y Wilson descubrieron el fondo cósmico de microondas, eco de la creación del universo.

Además, en 2015 se cumplirán 1.000 años desde que se publicaran los grandes trabajos de Ibn al-Haytham sobre la óptica, en la Edad de Oro islámica.

 

Fuente: Diario Los Andes, Josefina Cornejo Stewart

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