A Ñacuñán se lo declaró internacionalmente Reserva de la Biosfera en 1986. Unas 12.600 hectáreas de bosque se encuentran protegidas en esta reserva, localizada 180 kilómetros al sureste de la ciudad de Mendoza, en el departamento de Santa Rosa.
Características de la Reserva de Ñacuñán
Su nombre deriva de la lengua pehuenche Neyku-ñan nombre del último cacique de Malargüe, aliado de San Martín, que significa águila blanca, nombre con que la gente de campo refiere al aguilucho común.
El principal objetivo de creación de la Reserva de Ñacuñán ha sido la protección de distintos ecosistemas que forman los bosques abiertos, muy especialmente algarrobales, la fauna y la flora del lugar y proteger este relicto de zona árida para su estudio con fin de obtener recursos y utilizarlos sustentablemente.
El bosque nativo de algarrobo (Prosopis flexuosa) se encuentra en etapa de recuperación ldespués de la tala indiscriminada que sufrió desde principio de siglo hasta 1937. Este árbol era utilizado para la extracción de leña y carbón que abastecía el ferrocarril y la ciudad. Luego se sumó la ganadería que constituyó otro impacto sobre el ecosistema.
En la Reserva de Ñacuñán la vegetación crece sobre suelos arenosos y arcillosos lo que determina dos comunidades bien diferentes: los algarrobales y los jarillales respectivamente. El estrato arbóreo estea compuesto por abundancia de algarrobos y chañares. El estrato arbustivo está dominado por jarilla, llaullines, verbena áspera, zampa, piquillín y atamisqui.
La fauna de la Reserva de Ñacuñán es muy rica, sobretodo de aves. La abundancia de algarrobos determina que exista un gran número de especies por cuanto provee refugios para la nidificación y alimentación. Se encuentra el gallito copetón, la monterita de collar, el yal carbonero (especie endémica del Monte Central), tres especies de pájaros carpinteros, picapalos, sietecuchillos, diuca, chingolos, calandritas, canasteros. Entre los mamíferos, los más abundantes son los cuises, piches y los ratones de campo. Otros herbívoros son las vizcacha, la mara y el tuco-tuco. También se encuentran zorros grises, hurones, zorrinos, gatos monteses y del pajonal.
La Reserva de Ñacuñán es visitada por un gran número de científicos que realizan investigaciones sobre la flora, la fauna, el clima y los suelos. Por esta razón, la reserva cuenta con una estación biológica y una estación meteorológica que registra datos de lluvias, temperaturas y vientos permanentemente.
Su principal característica es un importante bosque de algarrobo de llanura y jarillales, que fue talado casi en su totalidad entre 1907 y 1937, pero actualmente se encuentra en plena recuperación después de casi 30 años de protección. Motivo por el cual ha sido incorporada a la Red Mundial de Reservas de la Biósfera del Programa MAB de la Unesco. Además posee una rica biodiversidad, destacándose el pichiciego, endémico en peligro de extinción.
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