Tras el acuerdo paritario alcanzado la semana pasada entre el sindicato y las cámaras mercantiles, llegó el turno de la negociación del aumento para los empleados de turismo. La intención de las partes es firmar rápidamente. Sabiendo que el 27% de incremento es inamovible, la negociación pasaría por los plazos para su instrumentación.

Todo indica que este año se dará vuelta la taba en lo que suele ser el escenario del acuerdo paritario de los últimos años. La denunciada presión del Gobierno para imponer el mágico número del 27% en el acuerdo paritario hizo que esta vez fuera el acuerdo madre de Comercio el que se dilatara más de la cuenta. En cambio, todo indica que las habitualmente trabajosas negociaciones de la Faevyt con su contraparte gremial, la Faecys, darán paso este año a un acuerdo paritario rápido e indoloro. Al menos ése es el ánimo con el cual se sientan las partes este año.

LA CANCHA ESTA MARCADA.

Al margen de la hojarasca política que rodeó al acuerdo paritario madre (que fue frondosa en agravios entre el líder de Comercio, Armando Cavalieri, y el Gobierno), lo importante es repasar el acuerdo paritario al cual llegaron la Faecys y su contraparte empresaria (la CAC, la CAME y la Udeca) porque marca la cancha de lo que no se puede tocar y del margen que queda para la negociación del sector de las agencias.

Sabido es que el aumento según el acuerdo paritario será del 27% sobre las escalas vigentes de las remuneraciones básicas, a abonarse en dos tramos no acumulativos.

El primero es del 17% y será efectivo y retroactivo a partir de abril. El 10% restante se añadirá al salario a partir de noviembre.

Por otra parte, el convenio –que se daba por hecho, pero al cierre de esta edición todavía no estaba firmado– vuelve a incluir el pago de una suma fija no remunerativa “extraordinaria, excepcional, por única vez, no habitual ni permanente” (SIC) de $ 3.048, la cual se abonará “sin descuento alguno” en dos cuotas de $ 1.524 en julio y septiembre. De uno y otro lado dijeron estar satisfechos de haber llegado “al acuerdo posible”.

Recordemos que las propias partes venían desde fines de marzo diciendo que estaban cerca de un arreglo, que originalmente iba a ser de un 30% de aumento en dos tramos no acumulables, más tres sumas fijas de $ 1.200. Y según explicitó el propio Cavalieri el monto se fue achicando a pedido del Ministerio de Trabajo, que se habría negado a homologar dos preacuerdos que excedían la pauta.

PREPARANDO LA MESA.

Recordemos que la negociación mercantil es clave para lo que luego firma el mismo gremio con la Federación Argentina de Empleados de Agencias de Viajes y Turismo (Faevyt). El Convenio Colectivo que desde 2008 rige la relación laboral para los empleados de agencias de viajes es específico, con lo cual en lo formal el acuerdo entre la Faecys y las gremiales empresarias de comercio (el CCT 130/75) sólo es de aplicación supletoria. No obstante, el “convenio madre” es claramente el marco de lo que luego se traduce para las agencias. De hecho, en las grandes cifras nunca han variado, sino que las diferencias vienen en el trazo fino: sumas fijas, fechas de tramos y plazos de incorporación como remunerativo.

Claro que ni el gremio ni la Faevyt largan prenda de hacia dónde irán este año las negociaciones: “no se habla hasta que haya acuerdo”, es la consigna. Lo único que dejan trascender es que este año quieren un acuerdo rápido e indoloro (el sindicato busca evitar marchas de empleados a su sede como en 2014 y 2011).

Ahora bien, teniendo en cuenta que para una porción del mercado la situación sigue casi tan lánguida como el año pasado y que dar un incremento en plena baja la hace aún más baja, no sería extraño que se reproduzca un esquema similar al de las paritarias de 2014, una de las más “creativas” de la serie. Recordemos que entonces se firmó a fines de mayo y el número fue idéntico al de este año: 27%. La diferencia estaba en que la actualización del acuerdo para empleados de turismo arrancaba con tres cifras fijas no remunerativas consecutivas y el primer tramo porcentual (17%) se pateaba para agosto. La ventaja para la parte empleadora pasaba por ganar tiempo hasta la alta de inverno para estar mejor parados para recibir el impacto de las cargas laborales, mientras que para los trabajadores la compensación fue que se incluyeron más sumas fijas que en el convenio madre.

Teniendo en cuenta el contexto y las mutuas ganas de dar vuelta la página con premura (hay otros temas en danza que también exigen contactos asiduos, como el Instituto de Capacitación), no sería extraño que este año se vuelva a explorar esa alternativa: primero las sumas fijas (con alguna extra) y luego los porcentuales.

Fuente: Ladevi
28/05/2015

 

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