La directora de una de las ferias más grandes del mundo sostuvo que el sector vive un fin de ciclo y el comienzo de otro. Lo cual, según Larrañaga, inevitablemente conlleva la adaptación a un nuevo escenario y a dar respuestas a los cambios en la demanda. Para la ejecutiva, nuevas tecnologías, sostenibilidad y especialización son los tres pilares del futuro turístico.

PALPITANDO EL CAF 2015

El sector está gestionando una realidad muy cambiante. Como si habláramos del final de un ciclo y el comienzo de otro. Si soy un operador turístico y quiero continuar en la actividad tengo que estar donde el sector se encuentra. Si una feria da cita y convoca, yo tengo que estar ahí. Eso es evidente. ANA LARRAÑAGA, directora de la Feria Internacional de Turismo (Fitur)

La directora de una de las ferias más grandes del mundo sostuvo que el sector vive un fin de ciclo y el comienzo de otro. Lo cual, según Larrañaga, inevitablemente conlleva la adaptación a un nuevo escenario y a dar respuestas a los cambios en la demanda. Para la ejecutiva, nuevas tecnologías, sostenibilidad y especialización son los tres pilares del futuro turístico.

FINAL DE CICLO.

-Si el discurso dominante es el de la preocupación por la desigual competencia de las online, la caída de la rentabilidad, los vaivenes de la economía y las medidas coyunturales que toman los gobiernos, ¿cómo se explica la necesidad de pensar acerca de la eficacia o no de participar en las ferias?

-La respuesta es sencilla.

Una feria es donde se concentra lo que es urgente para el sector: la economía, qué futuro tenemos que gestionar ya en el presente, hablar sobre la intermediación, debatir sobre los modelos de negocios virtuales o tradicionales… O sea, una feria es el sector y, por lo tanto, se trata de encontrarse, debatir y hacer negocios para seguir siendo competitivos como sector. Por lo tanto, hay una vinculación nuclear en el hablar de ferias, como de toda otra herramienta, que lo que hace es tratar las urgencias, necesidades y prioridades del sector.

-Usted plantea que, más que un negocio, las ferias sirven para tomarle el pulso al sector. ¿Qué imagen le devuelve hoy esa mirada de la actividad?

-Creo que, dicho por sus propios protagonistas, está gestionando una realidad muy cambiante. Como si habláramos del final de un ciclo y el comienzo de otro. Este paso lo va a dar el propio sector, pero lo va a tener que gestionar en un ambiente distinto. Me refiero a un cliente con unas posibilidades de demanda a la carta que obligan al proveedor de los servicios a adecuarse y con una intermediación con dos escenarios: offline y online. Aunque sigan ofreciendo los mismos servicios ahora lo tienen que hacer en un espacio en donde los clientes tienen un conocimiento del sector y una capacidad de comunicarse que no había antes de las nuevas tecnologías. Ese es el gran elemento diferenciador.

-O sea la próxima revolución – que usted dice se pueden entrever en las ferias– es en realidad una profundización de un cambio que ya se está dando.

-Absolutamente. Los tres pilares sobre los que se está asentando el sector turístico son las tecnologías, la sostenibilidad y la especialización. Y una feria también tiene que acomodarse a este nuevo escenario y dar respuestas a las demandas.

VIVIR PARA CONTARLO.

-Las ferias también atravesaron un debate –similar al que constantemente acosa a la intermediación– en torno a que como modelos estaban perimidos y que la comunicación se iba a dar en otro ámbito, no necesariamente presencial. Hoy ese mismo diagnóstico parece un anacronismo. ¿Qué recoge de esa experiencia y qué se puede transmitir a un segmento que cree estar ahogado por la misma situación (el temor de que la tecnología lo desplace)?

-Efectivamente, hubo un planteo en torno a la utilidad de las ferias como herramienta de marketing, asociado a la emergencia de las nuevas tecnologías (en España se sumó además la crisis que tuvimos). Pero también es cierto que eso mismo se plantea respecto de las asociaciones y demás. Todo está puesto en cuestión. Lo que importa es que frente a esa situación se puede ver en el cuestionamiento un intento de eliminarme o un aviso para que yo me renueve y adecue. Yo creo que el posicionamiento que todos deberíamos tomar es entender que algo está cambiando y, por ende, nosotros también tenemos que hacerlo. No nos podemos empeñar en hacer el juego con reglas que ya no sirven y herramientas que no van a estar operativas. Y eso no quiere decir que no vayamos a seguir operando ni dando un servicio, sólo que ahora será en un nuevo escenario y con nuevas herramientas. Si uno se adecua el juego sigue, continúa el sector y se mantienen los negocios.

-¿Por dónde pasa esa adaptación?

-Una gran profesionalización, la especialización y las tecnologías como base para el networking con el cliente y el proveedor. Sobre esa b ase uno se tiene que posicionar para seguir vigente en el mercado. Puntualmente, respecto de la intermediación creo que opera más que nunca. Cuando hablamos de los metabuscadores y los portales online no estamos hablando de otra cosa. La foto se coloca en una plataforma virtual, pero no deja de ser intermediación. Es otro mimbre. Uno no excluye al otro, se complementan. Los dos mundos tienen espacio para seguir actuando, pero ambos sostenidos en la oferta de un servicio de calidad.

-En el caso de la Fitur, ¿en qué momento se dieron cuenta de que no tenía sentido seguir resistiéndose al cambio y se plantearon actuar?

-Nos dimos cuenta porque nos los plantearon claramente los clientes, que en nuestro caso son los expositores. Y es que al final siempre es el cliente quien te dice qué quiere.

EL VALOR DE LAS FERIAS.

-¿Cómo se hacen eficientes las participaciones en ferias?

-Es una obviedad decir que yo considero a las ferias como herramientas útiles y eficaces. Lo importante es saber por qué. Y ahí mi planteo es muy sencillo. Si soy un operador turístico y quiero continuar en la actividad tengo que estar donde el sector se encuentra. Si una feria da cita y convoca al sector, yo tengo que estar ahí. Eso es evidente.

-Cuándo en plena crisis se bajaron algunos de los grandes jugadores de la Fitur y luego retornaron. ¿Qué pasó en el medio, qué revalorización hicieron esos expositores al volver (o fue sólo la coyuntura económica)?

-La respuesta habría que pedírsela a ellos. Ese replanteamiento fue por múltiples temas: coyuntural, político, presupuestario y probar una nueva experiencia en lugar de otra. No sé cuánto pesó cada aspecto. Los argumentos que en ese momento me esgrimieron fueron básicamente de tipo presupuestario. -¿Cómo se optimiza la participación en ferias y workshops en términos de costo- eficacia?

-Al final para todos, la fórmula es la misma. Lo importante es trabajar las ferias. O sea, marcar objetivo y diseñar las estrategias para conseguirlo. No se puede ir a un evento esperando un milagro o que simplemente acudan a mí. Eso es un error. Una feria es mucho trabajo, pero el retorno puede ser altamente eficaz.

Fuente: Ladevi
22/05/2015

 

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