Mendoza, uno de los principales centros turísticos de Argentina, tiene la particularidad de ofrecer una variada cantidad de paisajes y atractivos a unos pocos minutos del centro de la ciudad capital (la cual en sí misma es un gran atractivo). Los fascinantes paisajes de Mendoza son diferentes entre sí, pero todos, o casi todos, comparten un denominador común: la Cordillera de los Andes

Hoy Mendoza ofrece cientos de atractivos, y se ha convertido en una de las provincias que más visitantes recibe tanto argentinos como extranjeros. Su cercanía a Santiago de Chile le genera una gran cantidad de visitas del país vecino. No es para menos, la capital mendocina es una ciudad de singular y gran belleza. La mano del hombre modifico por completo el paisaje casi desértico para convertirlo en un hermoso jardín con árboles de diferentes especies.

La ruta del vino sigue creciendo con cada vez más bodegas que se suman y abren las puertas de sus instalaciones a los turistas. Para formar parte del circuito turístico, las bodegas realizan grandes inversiones y compiten entre sí por ser la que mejor servicios otorga a los visitantes.

A todo esto, como si fuera poco, se suma el pico más alto de América: el Cerro Aconcagua. Llegar hasta el mirador del Aconcagua es un paseo que genera gran placer, visitando pueblos del interior de la provincia que ofrecen sus atractivos, y pasando por sitios de gran interés como el Puente del Inca. El mirador es el final del viaje, donde nos sentamos a repasar los lugares que recién conocimos, y sobre todo a contemplar la inmensidad del vigía de la cordillera.

Hacia la alta montaña
El viaje inicia en la ciudad de Mendoza, partiendo por la Ruta Nac. Nº 7. Tras recorrer 55 km llegamos a Potrerillos, un lugar que permite realizar actividades tan ambiguas como el relax o la aventura. La oferta de alojamientos alterna entre completos campings, pintorescas cabañas, y cálidos hoteles.

Es una parada corta, ya que hay que recorrer unos cuantos kilómetros más de un camino que comienza a ser sinuoso, durante la cual podemos  disfrutar de una hermosa vista panorámica del dique de Potrerillos.

El Embalse de Potrerillos, esta ubicado sobre la margen de la Ruta Nacional Nº7 que comunica Mendoza, con el hermano País de Chile. Está ubicada sobre el Río Mendoza, y tiene como objeto primordial la regulación de caudales del Río Mendoza y un sensible mejoramiento en la dotación de agua potable a la población del Gran Mendoza. Con este embalse la importancia en la zona de Potrerillos ha aumentado sustancialmente, si bien históricamente era un punto turístico reconocido; pero con el dique las posibilidades turísticas aumentan.

Continuamos nuestro camino y comenzamos a disfrutar de los diferentes picos y las formaciones que se presentan en la Cordillera de los Andes y despiertan toda nuestra curiosidad. Vamos llegando a Uspallata, uno de los pueblos más lindos de la región.

Uspallata y Los Penitentes

Dejamos atrás el valle de Guantata, y luego de cruzar la pre-cordillera, llegamos a la localidad de Uspallata. En este atractivo pueblo de origen militar, enclavado en un bolsón longitudinal de sesenta por veinte kilómetros, entre alamedas y arroyos como el San Alberto, se encuentran las Bóvedas, curiosas construcciones con techos en forma de cúpula del siglo XVIII.

Uspallata es una zona de amplias calles plenas de alamedas que, a la vez, brindan sombra durante los paseos diurnos, y embellecen el paisaje con sus formaciones y sus verdes. Serena, aunque potencialmente recreativa, esta villa mendocina invita a deleitarse con la tranquilidad y seguridad de su territorio, así como a desafiar el terreno montañoso en la práctica de aventuradas actividades.

Al continuar por la Ruta Nac. 7 comenzamos a cruzar cada vez más túneles, muestra clara de que estamos en plena cordillera, y que la mano del hombre ha logrado sortear las dificultades para realizar el camino. A nuestro lado siempre nos acompaña el río Mendoza, con sus cristalinas aguas provenientes de deshielos de quién sabe qué montaña. En plena cordillera frontal, una nueva parada nos permite apreciar lo que queda en pie del legendario puente colonial del Fortín Picheuta, donde un pelotón de avanzada al mando del Gral. Las Heras realizó el primer combate del Ejército de los Andes contra el Ejército Realista.

Más adelante en el camino se encuentra el centro de esquí Los Penitentes, lugar donde se puede disfrutar de la nieve hasta casi llegado el verano.
Los Penitentes posee ocho medios de elevación y veintisiete pistas que se extienden por 60.000 m con pronunciadas pendientes que dejan totalmente exhaustos a los esquiadores que se animan a desafiarlas. Este lugar ofrece a quienes deseen quedarse, una amplia y variada gama de alojamientos, un centro comercial, restaurantes, bares, pubs y discotecas.
Por los kilómetros recorridos y la cantidad de paradas realizadas no sería raro que ya tengamos necesidad (y muchas ganas) de sentarnos a comer. Al costado de la ruta hay varios restaurantes que ofrecen las exquisiteces mendocinas, y comidas bien calientes para los días de frío.

El Puente del Inca
Ya nos acercamos al final del recorrido, pero antes hacemos la parada en uno de los atractivos turísticos más curiosos del país. El Puente del Inca, es una llamativa formación calcárea color ocre sobre el río Las Cuevas, que acoge aguas termales. En el año 1965, las instalaciones del hotel que las explotaba fueron arrasadas por un alud, quedando hoy sólo los vestigios. Los nativos de la zona sostienen que estas aguas poseen propiedades curativas por el alto contenido de azufre.

En la zona hay vendedores de artesanías y de todo tipo de elementos que dejan unos cuantos días en el agua, que se cubren totalmente y parecen quedar petrificados por las características del agua.

Estamos a unos pocos minutos del atractivo principal del viaje.

El Mirador
Todos sabemos que el Cerro Aconcagua es el emblema de la provincia, apodado como el “Centinela de América”, pero llegar al mirador donde nos quedamos a contemplarlo genera sensaciones particulares.

Su altura es de 6962 metros siendo la montaña más alta del continente.  Se encuentra protegido (el Cerro y la zona) por el Parque Provincial Aconcagua, con la laguna Los Horcones en su interior, indicando la puerta de entrada a la reserva de 75 mil hectáreas.

Vamos a permanecer varios minutos contemplando el Aconcagua, con su cumbre de nieves eternas y pensando en los valientes que se animan a escalarlo. Llegan andinistas de todo el mundo a realizar dicha aventura, y desgraciadamente son frecuentes las  noticias de quienes no logran volver de dicha expedición. Por suerte nosotros solo nos quedamos observando la gran cumbre con total tranquilidad y seguridad.

Más adelante se encuentra la cúspide del cerro Santa Elena, donde se encuentra la estatua del Cristo Redentor, a 4200 m.s.n.m., en la frontera con Chile. También es posible llegar a la localidad de Las Cuevas, donde podemos ver el túnel de 3300 metros de extensión que atraviesa longitudinalmente la milenaria Cordillera de los Andes.
Contemplar todas las obras que ha realizado el hombre para que el cruce sea posible nos hacen pensar aún más en la proeza  que realizó el General San Martín y su ejército para lograr la liberación de nuestro país.

Ya es hora de emprender la vuelta hacia la hermosa ciudad de Mendoza, luego de haber realizado un viaje con paisajes cambiantes, y con un recuerdo que no olvidaremos. Luego de este paseo tendremos para siempre en nuestra memoria al gigante Cerro Aconcagua, una imagen que recordaremos cada vez que se lo nombre.

Fuente: NoticiasNet

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