La oferta turística pega sobre todo entre los europeos. La temporada de travesía va de noviembre a marzo.

No sólo es la cordillera, su inmensidad, sus paisajes que mezclan glaciares, flores y guanacos. No sólo es la atracción por la aventura de atravesar lugares por los que sólo se animan a andar los cóndores. Es además la sensación de repetir la historia, de sentir que se pasa por el mismo lugar por donde hace casi dos siglos pasó un ejército, capaz de libertar varios países de Latinoamérica, lo que hace que cada vez más europeos contraten excursiones para realizar la Ruta Sanmartiniana. Y que desde el 2004, las excursiones turísticas que se hacen por la ruta hayan crecido 3 veces más. Hace 4 años, las travesías por temporada no eran más de 5, mientras que ahora superan las 20 cada verano, según los datos que maneja Gendarmería Nacional.

Esta oferta turística, en la que se mezcla historia, aventura y paisajes que sólo se encuentran en los Andes sanjuaninos, está pegando cada vez más. Tanto para los operadores turísticos como para Gendarmería, la tendencia en alza empezó a darse desde que el gobierno empezó a realizar los cruces en el mes de febrero. De la mano de esto, la importante cobertura mediática que se le está dando a esta travesía que encabeza desde el 2003 el gobernador José Luis Gioja. Para este último cruce, hubo participación récord de periodistas, que representaron a una veintena de medios de todo el país. Inclusive, por primera vez un canal de televisión (C5N) pudo transmitir el cruce en vivo y en directo para todo el país, desde la cordillera.

Aunque Gendarmería no tiene estadísticas oficiales sobre esta clase de viajes, los gendarmes que están apostados en el refugio Sardina son los que registran las expediciones que pasan por el lugar. Este es uno de los puntos más atractivos de la ruta sanmartiniana y se encuentra a pocos kilómetros del límite con Chile.

La excursiones turísticas por la Ruta Sanmartiniana se hacen desde fines de los ’80. «Desde noviembre y hasta marzo hice 7 expediciones. La mayoría europeos. Aunque también hay gente de otros puntos del país que se interesan por la propuesta», dijo Ramón Ossa, un operador turístico que ofrece el cruce como excursión turística.

La diferencia entre la travesía que organiza el gobierno y las excursiones privadas pasa por dónde levantan los campamentos. «El recorrido es el mismo, pero cuando vamos con turistas buscamos lugares de poca altura y más cálidos para pasar la noche», dijo Ossa. Además, las jornadas son más cortas porque la mayoría no tiene experiencia en montar mulas, que es el medio que se usa para realizar el cruce. Según Ossa, lo que más les gusta a los turistas es el campamento en Valle Hermoso, donde pasan la noche mirando el Aconcagua.

Fuente: Mónica Martín – Diario de Cuyo

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