Es posible encontrar tantas vinculaciones entre el arte y el vino pero existe una característica que los vincula especialmente: la participación constante de la sensibilidad, el arte y el vino son un maridaje perfecto. La elaboración y la degustación de buenos vinos, como el arte de la pintura o de disfrutar verla, es un desafío para nuestros sentidos, por eso es cada vez mayor la cantidad de espacios dedicados a muestras de arte en las bodegas.
Alguna salas de arte en las bodegas mendocinas
En Maipú, por ejemplo, puede visitarse la galería del Restaurante Casa del Visitante, en Bodegas Familia Zuccardi.
Por su parte, la Bodega Benegas atesora varios ponchos, que datan de siglo XIX, valuados en 40 mil dólares, aproximadamente, por unidad. Desde hace unos años, Federico Benegas Lynch, propietario de la bodega, recorre el país para mantener viva esta tradición. Su familia conserva el poncho del cacique Catriel, un regalo de Julio Argentino Roca a Tiburcio Benegas, luego de la Campaña del Desierto.
En el Valle de Uco, la Bodega Salentein —de muy bella arquitectura—, posee el Museo de Arte Killka, con pinturas holandesas de los siglos XIX y XX, junto a obras nacionales y contemporáneas. Se trata de un espacio destinado a potenciar los sentidos, combinando el sabor de los vinos con manifestaciones artísticas y sociales en sus más diversas formas. En su interior, se encuentra una boutique de vinos, artesanías y utensilios; así como un bar y restaurante —de carta gourmet— con vista a la Cordillera.
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