En el año 2006 un grupo de investigadores del Ianigla-Conicet Mendoza descubren al oeste del departamento de Malargüe un conjunto de unas 70 huellas de dinosaurios (icnitas)
A partir de ese momento los investigadores comienzan a estudiarlas para poder determinar a qué especies de dinosaurios pertenecían y cuáles eran las condiciones paleoambientales que reinaban cuando estos gigantes transitaban por estas latitudes.
Por los estudios realizados, los paleontólogos determinaron que un grupo de saurópodos (familia de los titanosaurios) en el Cretácico superior, se dirigió hacia el sur entre Malargüe y el Valle de las Leñas. Los saurópodos (familia de los titanosaurisos) eran herbívoros, de cuello y cola larga. Las huellas marcan el recorrido de los animales que se desplazaron en un terreno muy distinto al actual y dejaron plasmados rastros de 30 cm de profundidad y 65 cm de diámetro en el Sitio de las Huellas de Dinosaurios. La Municipalidad de Malargüe impulsó la elaboración del proyecto arquitectónico del «Museo Municipal de Ciencias Naturales y la elaboración del proyecto «Parque Paleontológico Municipal – Huellas de Dinosaurios» .
Los científicos contabilizaron 400 icnitas que denominaron Titanopodus mendozensis -pies de titanes de Mendoza-, en lo que fue identificado como el primer yacimiento de huellas de dinosaurios en Mendoza y uno de los más importantes de América del Sur. Una vez dado a conocer, el sitio comenzó a ser estudiado por expertos del Ianigla y atrajo la atención de colegas de otras partes del planeta.
Tras las huellas de Dinosaurios
«Hace 71 millones de años el mar ingresaba por la Patagonia y llegaba al sur de Mendoza, donde se formaba un angosto estuario, entre la Sierra Pintada de San Rafael, una montaña elevada, y un arco volcánico en el sector de la actual Cordillera de los Andes. En esa geografía se formaban extensos deltas, donde se acumulaban sedimentos carbonosos, fangosos, donde quedaban preservados algunos huesos aislados de tortugas de agua dulce, o de reptiles marinos de largo cuello, los plesiosaurios.
Las evidencias sedimentológicas indican que en esos ambientes eran frecuentes las lluvias de cenizas volcánicas. Y justo en un momento dado, difícil de precisar, una manada de al menos siete dinosaurios titanosaurios atravesaron la llanura deltaica y dejaron sus huellas. Fue así como alrededor de 400 huellas quedaron impresas. Luego subió el nivel del agua, se cubrieron de sedimentos y fosilizaron. Estuvieron dentro de los estratos por millones de años hasta que los levantamientos de la cordillera plegaron e inclinaros las capas de roca. Luego la erosión fue dejando al descubierto algunas de estas huellas» Dr. Bernardo González Riga.
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